jueves, 12 de abril de 2012

No te vayas

Este soneto lo acabé pocas horas antes del fallecimiento de mi padre; y se lo leí, agonizante, en el lecho de su muerte.

No te vayas con ella aún padre,
regálame nuevos amaneceres
y cántame como los ruiseñores,
antes de que vuelvas con mi madre.


Házlo tan bien como ella dijo,
embriagando tu vida entera,
con amor y alegría a su manera,
y con  amor...  te dio este hijo,


que en esta vida tiene el reto,
de que no sea vana vuestra muerte.
Mi hija te dará el primer bisnieto.


Impaciente estoy por verte,
y leerte sonoro mi soneto,
eso te hará sentir más fuerte.


 sábado santo, 2012
                 luis abad

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